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Uno es de quien causa suspiros, sonrisas, insomnio y largas fantasías románticas.

Tal vez podría decir que me enamore, pero saben, era algo diferente, algo único realmente difícil de definir. Al principio no vi un viaje muy largo, le puse unas cuantas semanas de hablar y luego cada uno por su camino, pero en cada día que pasaba más lejos veía el fin de aquel viaje. Fue demasiado prematuro el llegar a quererlo, había sido aquel tipo de casualidad llena de intenciones, me sentí tan bien teniéndolo en mi vida, mis días empezaron a brillar aún más, era ese tipo de persona que te empuja a ser diferente, alguien que no te juzga, que es capaz de soportar tu imprudencia, tu sin fin de palabras, capta la profundidad y la intensidad con la que hablas y vives, entiende todo de ti y entre más intentas alejarlo, más se une a ti, es como si el fuese un imán y tu su metal predilecto.

El tiempo vuela, las situaciones cambian en un abrir y cerrar de ojos, cuando menos piensas aquella persona se ha convertido en tu alma gemela, en la pieza que encaja contigo, en esa persona perfectamente imperfecta; cuando habías perdido la esperanza esta él allí, haciendo que confíes en el, aquel chico está comprometido en esta cosa extraña que empieza a suceder, se quieren cada día más, en sus mundos separados han creado un pequeño lugar donde sólo pertenecen ustedes, un sitio en el cual son ustedes mismos, trasparentes el uno con el otro, no hay secretos, allí donde ser frágiles no da miedo, ser imperfectos es su mayor lazo, son ustedes, aquellos seres que en un mundo real pasan desapercibidos, pero al final del día tienen aquella fantasía donde les importa hasta como duerme el otro, como se sienta, a que hora va al baño, detalles tan mínimos pero a la vez que demuestran cuanto se importan, es allí cuando entienden que al fin han encontrado su lugar en este mundo desastroso.

No es amor, es más que eso. Puedo llegar a pensar en que no tiene explicación, es un sentimiento placentero, como si tu mundo de fantasía al fin fuera parte de tu mundo real, donde sientes que encajan tan perfectamente, tanto como si fuese destino el estar juntos, algo donde al fin el corazón y la razón se han puesto de acuerdo, entonces todo es jodidamente perfecto y aunque no creías en que ser feliz fuera real, ahora empiezas a considerarlo como una especie de posibilidad.

Vives el momento, dejándote llevar, aunque sabes que hay dos caminos, ganar la batalla o sufrir en el intento, pero esto es tan especial y único que tomas el riesgo, estas dispuesta a ir a las estrellas o estrellarte, apuestas todo por él, por ustedes, pero existe ese obstáculo, siempre esa piedrita en el camino, pero lo maravilloso del caso es que aunque no estás preparado para ir mas allá, tus sentimientos intensos están allí, mas presentes que nunca.

Keren Hapuc Jimenez S.